lunes, 30 de agosto de 2010

Rituales con el tarot

Conjuros especiales con los arcanos de Marsella.


Sepa cuáles son las cartas que tienen un poder especial, capaz de purificar, energizar, iluminar y dotar de fuerza personal a quienes las usen en sus rituales.

Aunque usado generalmente como mancia, el Tarot es también un sistema simbólico de autoconocimiento, que puede operar como un canal de transformación personal y de ascenso espiritual.

Las imágenes representadas provienen de mensajes transmitidos de generación en generación por maestros espirituales que guardaron allí, en un lenguaje universal y representativo, conocimientos herméticos.

Por eso, contemplar, meditar, trabajar con estas imágenes activa conciencias profundas que estaban dormidas, despierta nuestra sabiduría y nuestras capacidades creativas para transformar todo aquello que no nos permite brillar con luz propia en la vida.

Trabajaremos con los 22 arcanos mayores del mazo marsellés en rituales que tienen como finalidad traer a la superficie el ser iluminado, valiente y compasivo que todos llevamos dentro.

Para fortalecer este estado elevado de conciencia y lograr que se manifieste de modo predominante en nuestra manera de vivir, será necesario un trabajo espiritual diario y constante, mediante la meditación, la lectura, la reflexión y la puesta en práctica de los conocimientos revelados.

Purificación y armonía por los naipes

● Objetivo: equilibrar las energías, purificar los pensamientos, armonizarse con uno mismo y con el entorno.

● Duración del ritual: 10 a 20 minutos.

● Cartas:

14. La Templanza: símbolo de serenidad, dominio sabio de las emociones, tranquilidad interior, estar bien en todo momento.

17. La Estrella: representa la curación interior, invita a volver a creer, transmite una luz tibia y reconfortante al ser. Todo fluye sin prisa ni temor.

● Procedimiento: sobre el piso, en un lugar tranquilo, apoye un bol con pétalos de rosas frescas; al lado, coloque la carta 14; a su derecha, un velón blanco; a continuación, la carta 18 y, seguidamente, un montículo de piedritas. Ubique todos los elementos formando una leve curva. Siéntese en el piso en postura cómoda, delante de este altar. Encienda la vela y proceda a imponer las manos unos minutos sobre cada elemento del altar, con las palmas hacia abajo. En cada lugar, concentre todos sus sentidos en el elemento y sus detalles. Observe la textura de los pétalos, la transparencia del agua. Los detalles de las imágenes de las cartas, sus colores y formas, compenétrese. El conjuro a repetir es: “Con la transparencia del agua y la quietud de las rocas, en serena esperanza, equilibro mi alma”.

Meditación energizante

● Objetivo: revitalizar las energías, fortalecerse espiritual, mental y físicamente. Nutrir el optimismo y la voluntad.

● Duración del ritual: 20 minutos.

● Cartas:

19. El Sol: representa el retorno de la luz que nos aleja de la sombra de la confusión. Invita a levantar la mirada, a triunfar sobre los obstáculos.

11. La Fuerza: simboliza la fortaleza interior para dominar los impulsos y canalizar las energías en acciones creativas. Es la fuerza interior que da coraje para actuar con determinación y sabiduría en el mundo de lo manifiesto.

● Procedimiento: encienda un hornillo y queme esencia de algún cítrico (mandarina, naranja, limón). Coloque sobre el piso o en un altar una vela naranja, la carta del Sol, otra vela naranja, la carta de la Fuerza, y otra vela naranja. Beba un trago de agua ardiente, haga sonar una campanilla y comience la meditación frotando las palmas de sus manos entre sí hasta que generen calor. Luego, lleve sus manos cálidas hacia su plexo solar y observando las cartas alternadamente, conjure así: “Sol que eres vida, fuerza que me motivas; soy luz, soy calor y creación”. Repita varias veces y frote sus manos nuevamente cuando el calor se haya disipado.

Puede llevar las manos a distintas partes del cuerpo para energizarlas.

Trabajo de iluminación

● Objetivo: arrojar luz y sabiduría sobre la ignorancia, las ilusiones y la oscuridad de mente y espíritu. Poder percibir la realidad tal cual es y decidir sabiamente.

● Duración aproximada: entre 15 y 20 minutos.

● Cartas:

10. La Rueda de la Fortuna: representa el fluir cíclico del Universo, invita a no ofrecer resistencia al ritmo de la vida. Es el símbolo del movimiento y el cambio permanente.

20. El Juicio: simboliza la verdad interna que pone fin a la confusión. Si el estado interior cambia, la mirada sobre lo exterior revela otras realidades hasta ahora ocultas bajo la propia ignorancia.

● Procedimiento: arriba de su mesita de altar, pegue sobre la pared, a la altura de sus ojos estando sentado, una cartulina blanca, que debe tener dibujado un círculo perfecto, de unos

30 cm de diámetro, y pegadas en su interior, las dos cartas. Encienda en el altar un incienso y una vela blanca. Siéntese a medio metro de la pared, con la espalda erguida, las manos en actitud de oración y los ojos abiertos. Concéntrese en las imágenes de la Rueda de la Fortuna y del Juicio, trate de fijar la mirada en algún punto que le atrape de las imágenes, y repita constantemente el conjuro: “La verdad en mis ojos está. El Juicio se ha de manifestar con la rueda que no cesa de girar”.

Ritual de liderazgo

● Objetivo: manifestar las cualidades del líder para tomar el timón de una situación, involucre ésta o no a otras personas. Ser maestro de la propia mente y de las circunstancias.

● Duración aproximada: 15 minutos.

● Cartas:

4. El Emperador: es el gobernante, la autoridad que actúa con buen juicio, equilibradamente, con precisión; pero, también, con amor compasivo.

21. El Mundo: representa la recolección exitosa de los frutos, un camino de esfuerzos culmina
y se abre otro nuevo, pero ya en un nivel más avanzado. Es el progreso, la evolución.

● Procedimiento: tome un palo de madera de unos 70 cm de largo o un cetro de mago si usted tiene en casa. Fórrelo con un papel plateado. Luego, pegue en el extremo las cartas del Mundo y del Emperador, mirando hacia fuera. Encienda en su altar un velón amarillo donde debe tallar en sentido vertical su nombre de pila y, luego, untarlo con aceite de maíz.

Queme incienso, mirra y hojas de laurel en el incensario. Siéntese en el altar sosteniendo el cetro y proceda así: dar dos golpecitos por el lado derecho con el cetro, haciéndolo girar sobre el piso y diciendo: “A mi derecha, el gobernante”. Luego, tomando con las dos manos el cetro, dé tres golpecitos en el medio de sus piernas, diciendo: “En el centro de mi ser”. Pase el cetro a su mano izquierda y, sobre el lado izquierdo, realice dos golpecitos, diciendo: “A mi izquierda, el mundo”. Levante el bastón y sacúdalo en el aire conjurando: “Maestro de mi mente, dueño de mi destino, defino mi propio camino”. Repita el ritual 5 veces. Luego, quédese meditando sobre las imágenes del Tarot.

El simbolismo ancestral del tarot

En las cartas del Tarot, confluyen la sabiduría de varias disciplinas: Astrología, Numerología, la Hermenéutica, el taoísmo, el cristianismo y el judaísmo y, más recientemente, el análisis psicológico de C.G. Jung. Es imposible no sentirse identificado con alguna de las imágenes del Tarot, pues en ellas se refleja, en su totalidad, el inconsciente colectivo de la humanidad. El Tarot no tolera a quien vive a ciegas y sus vías para hacernos abrir los ojos pueden ser, a veces, tajantes o dolorosas; y otras, iluminadoras y estimulantes. Sólo cabe preguntarse ante ellas: ¿Cuánto estoy dispuesto a descubrir de mí mismo?

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